
Por: Rodrigo Goyeneche
Twitter: @RodrigoGoyenec3
Foto vía: Conmebol
Ayer fue un día triste para el fútbol. Diego Armando Maradona Franco falleció a los 60 años de edad a causa de un paro cardiorrespiratorio, considerado uno de los mejores futbolistas de la historia, dejó tras de sí una carrera de 21 años en las canchas, rodeada de éxitos y polémicas.
Desde niño ya daba de qué hablar en las inferiores de Argentinos Juniors, club donde debutó en Primera División el 20 de octubre de 1976, solamente 10 días después de haber cumplido los 16 años de edad, con el «Bicho», del cual su estadio tiene su nombre, fue campeón de goleo en cinco torneos, siendo el único jugador en el fútbol argentino en poseer este récord.
En su primer Mundial, Maradona anotó doblete frente a Hungría y jugó cinco partidos, siendo expulsado ante Brasil en la segunda ronda, terminando así su primera experiencia en tierras ibéricas, para el siguiente mundial con las expectativas muy bajas por el mal rendimiento del equipo en los amistosos y que se pedía la destitución de Carlos Salvador Bilardo, llegó el momento bizagra para Maradona.
En México 1986, Diego tocó el cielo con las manos al consagrarse campeón del mundo en el Estadio Azteca, donde marcó las anotaciones más recordadas de la historia, la Mano de Dios y el Gol del Siglo ante Inglaterra en el enfrentamiento de Cuartos de Final, este último fue elegido en 2002 como el Mejor Gol en la Historia de los Mundiales.
En ese partido nació el apodo de «Barrilete Cósmico», dado en la narración de Víctor Hugo Morales, un encuentro con tintes extra futbolísticos puesto que se había suscitado la Guerra de las Malvinas cuatro años atrás y ese partido le brindó esperanza, unión y fuerza a un país dolido y golpeado por las secuelas de la dictadura y la guerra.